Habían estado juntos 350 años.
Habían visto pasar tormentas, huracanes, años de nevada, años de sequía. Habían sufrido las más grandes penalidades del ser humano: la guerra, el hambre, la traición. Habían visto levantarse, uno detrás de otro, los edificios de su ciudad, y derribarse y volverse a levantar más modernos. El progreso. La modernidad.
Habían visto cambiar los tiempos, morir a sus familiares y amigos.
Todo pasaba, menos ellos. Sólo ellos, juntos, amantes, permanecían.
Inspiraron cuentos, novelas, películas, canciones. Recibían la visita de médicos que estudiaban su insólita inmortalidad, y de parejas que querían conocer el misterio.
- El misterio es conocerse- repetía ella, legitimada por ese hálito de sabiduría que la rodeaba.
Todo terminó de forma trágica.
Pasó una tarde de Junio: Caminaban de la mano por el paseo marítimo, y él tuvo que preguntar.
- Alicia, ¿te acuerdas en nuestras bodas de titanio, que salíamos del cine y te llamaron por teléfono y tú no respondiste?
- Sí
- ¿Quién era?
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4 comentarios:
(ay, ay, quién le mandó preguntar...)
Ah, no me acuerdo, por qué??
Era el plasta ése que me quiere vender el Imagenio y llama a todas horas sin piedad.
Era de la biblioteca, que como sé que estoy castigada hasta 2043 ya ni lo cojo, para qué.
Era tu hermana, que estoy medio enfadada con ella y malditas las ganas de contestarle.
Era un novio nuevo que tengo, alto, moreno, con las gafas verdes.
jajajaa!!
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