- Ya, pero es que hay que escribir, amiga, no tenemos mucho margen
- Siempre queda algún margen, no seas catastrófica
- Catastrofista
- Catastrófica es lo que quería decir exactamente
- Insoportable
La catastrófica resopla. Intenta recordar cuándo en concreto decidió que Eugenia era amiga suya.
- Anoche soñé muchísimas cosas
- Me da igual lo que soñaste. Mejor no me lo cuentes, no vaya a darte una interpretación fatalista de tu sueño
- En todo caso harías una fatal interpretación, lo fatalista no te lo toleraría
- Eres una hija de puta
- No seas drama, anda
- Dramática no quieres decir?
- Drama. Te falta talento para ser dramática.
- Grande hija de puta
- Entonces nada? Dame una idea, igual yo tiro por ahí y sale algo…
- Fue extraño, porque parecía que estábamos todos ahí en esa fiesta y yo estaba esperando que pasara algo- pensativa- era como si estuviera pendiente de alguien pero no recuerdo de quién, y yo iba de aquí para allá y me encontraba con más gente. Estaba con dos guiris hablando. Y vino noséquién y retrocedí. Tu estabas. Y querías irte ya porque no estaba Chema. Y yo ahí. Tenía un collar de bolas de esas de plástico puesto. De esos de moda que lleva la juventud ahora, sabes?
- Podemos centrarnos? Tía en serio ya vale. Yo quiero irme a mi casa y cenar y esas cosas, tu sueño ahora mismo es como ya de un recochineo descarado, cojones, cállate la boca y piensa una jodida cosa ya que me estoy poniendo enferma.
- Enferma de ira?
- Sí, enferma de ira
- Ponle un número. De nueve a diez.
- Mira Eugenia de los cojones. Me voy y te dejo botada y te vas a la mierdísima y si te largan mañana, te jodes, te jooooodes. Eres una podrida pesadilla de mujer, que no te aguanta ni Pepito el del bar, hombre ya y yo aquí oyéndote chorradas nadie sabe ni por qué.
- Lo de podrida pesadilla era necesario? Tu dirías que estás en un… nueve y medio?
- Nueve
- Ah, bueno! Pues estaría pendiente de algún tío me da, en el sueño. Porque estaba así como… como golosilla, sabes? Estaba… como empompada. Y alguien me estaba observando y no sé quien mierdas era. Y de repente me encuentro con Lucía, que llevaba puestas unas gafas de bucear naranjas, mira tú.
- Y a mí qué me importa, tía? Eso… mira, te compras una libretita, lo apuntas todo ahí estupendamente y te callas. Juraito que si al alguien algún día le interesa lo que dices, esa libreta será descubierta y te leerán y te publicarán y serás una pobre mártir de las letras. Fantástico. Ojalá ocurra cuando seas vieja y te mueras al día siguente justo después de leer una crítica mierdosa sobre tu diario de sueños o tu diario de hombres o cualquier mierda desas tuyas que haces.
- De chica tenía un diario de hombres!
- Que tenemos que escribir la columna, Eugenia, coñooooOOOOOO!!
- Pues ponemos esto mismo
- El qué? Tu sueño? Qué interesante, nuestros lectores enloquecerán de puro morbo, claro que sí. Eres boba? Eres boba, Eugenia? Yo me piro.
- Venga, yo lo hago. Que te quiero, guapa.
Laura Artiles