sábado, 13 de diciembre de 2008

Currantismos

- Mi niña, si no hay nada que escribir, no hay nada que escribir, y fuera
- Ya, pero es que hay que escribir, amiga, no tenemos mucho margen
- Siempre queda algún margen, no seas catastrófica
- Catastrofista
- Catastrófica es lo que quería decir exactamente
- Insoportable

La catastrófica resopla. Intenta recordar cuándo en concreto decidió que Eugenia era amiga suya.

- Anoche soñé muchísimas cosas
- Me da igual lo que soñaste. Mejor no me lo cuentes, no vaya a darte una interpretación fatalista de tu sueño
- En todo caso harías una fatal interpretación, lo fatalista no te lo toleraría
- Eres una hija de puta
- No seas drama, anda
- Dramática no quieres decir?
- Drama. Te falta talento para ser dramática.
- Grande hija de puta

- Entonces nada? Dame una idea, igual yo tiro por ahí y sale algo…
- Fue extraño, porque parecía que estábamos todos ahí en esa fiesta y yo estaba esperando que pasara algo- pensativa- era como si estuviera pendiente de alguien pero no recuerdo de quién, y yo iba de aquí para allá y me encontraba con más gente. Estaba con dos guiris hablando. Y vino noséquién y retrocedí. Tu estabas. Y querías irte ya porque no estaba Chema. Y yo ahí. Tenía un collar de bolas de esas de plástico puesto. De esos de moda que lleva la juventud ahora, sabes?
- Podemos centrarnos? Tía en serio ya vale. Yo quiero irme a mi casa y cenar y esas cosas, tu sueño ahora mismo es como ya de un recochineo descarado, cojones, cállate la boca y piensa una jodida cosa ya que me estoy poniendo enferma.
- Enferma de ira?
- Sí, enferma de ira
- Ponle un número. De nueve a diez.
- Mira Eugenia de los cojones. Me voy y te dejo botada y te vas a la mierdísima y si te largan mañana, te jodes, te jooooodes. Eres una podrida pesadilla de mujer, que no te aguanta ni Pepito el del bar, hombre ya y yo aquí oyéndote chorradas nadie sabe ni por qué.
- Lo de podrida pesadilla era necesario? Tu dirías que estás en un… nueve y medio?
- Nueve
- Ah, bueno! Pues estaría pendiente de algún tío me da, en el sueño. Porque estaba así como… como golosilla, sabes? Estaba… como empompada. Y alguien me estaba observando y no sé quien mierdas era. Y de repente me encuentro con Lucía, que llevaba puestas unas gafas de bucear naranjas, mira tú.
- Y a mí qué me importa, tía? Eso… mira, te compras una libretita, lo apuntas todo ahí estupendamente y te callas. Juraito que si al alguien algún día le interesa lo que dices, esa libreta será descubierta y te leerán y te publicarán y serás una pobre mártir de las letras. Fantástico. Ojalá ocurra cuando seas vieja y te mueras al día siguente justo después de leer una crítica mierdosa sobre tu diario de sueños o tu diario de hombres o cualquier mierda desas tuyas que haces.
- De chica tenía un diario de hombres!
- Que tenemos que escribir la columna, Eugenia, coñooooOOOOOO!!
- Pues ponemos esto mismo
- El qué? Tu sueño? Qué interesante, nuestros lectores enloquecerán de puro morbo, claro que sí. Eres boba? Eres boba, Eugenia? Yo me piro.
- Venga, yo lo hago. Que te quiero, guapa.


Laura Artiles

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es tan bonito tener amigas que te digan cosas destructivas con amor...

Anónimo dijo...

jajajujajajajju,

taireeeeeee

Anónimo dijo...

Conversaciones con el alter ego: de primero de psicología

Definitivamente, necesitas unas vacaciones...

Luiiiiis

Anónimo dijo...

Eugenia, macha, gafas de bucear naranja dices? yo también estaba en tu sueño, y... era necesario que airearas todo esto en público?