viernes, 26 de diciembre de 2008

Oil

- No me gusta mucho hablar del mediterraneo. Prefiero hacerlo de Oceano abierto. Es un pequeño mar que se ha ido pudriendo como un pozo. Antaño fue un lugar que unía culturas, ahora las dispara, las enfrenta y es testigo de una Roma estupida, vaticana, fascista... Una Turquia incapaz de ser Turquia, una Grecia tan dormida que si hubiera una crecida del mar… Pero no la habrá. Una unión tan endeble como la de cocinar en la sartén con aceite en vez de mantequilla… ¿Qué plantais aquí?

- Eh…

- ¿Opio?

No dice nada. Solo una mirada furtiva de pequeño agricultor persa.

- Opio y petróleo

- Si le sumas una mezquita y un kalasnikov ruso entonces tienes en las manos a nuestro pais.

Abre las manos rapidamente como si soltara agua y dice – Esa es una descipción barata incluso para mi Mahem y tu lo sabes…

-Esos gestos tuyos, son como árabes, ¿Tienes el persa en esas manos?

Las plantaciones de opio son posiblemente la arquitectura mas estable de Afganistan…

-Es economia de mercado sin mas. Un poco más exótica pero economia de mercado. A ver Mahem: España, Alemania, Francia e Italia en sus leyes se impiden perseguir el cultivo de drogas fuera de sus fronteras, que es como decir muchas cosas a la vez: La droga debe existir porque si no que hacen los que están abajo con su situación, y porque el dia a dia, dia a dia es, y hay que llevarlo de alguna manera… Además la droga siempre debe ser de importación…

-Parece el decálogo de Ikea

-Mahem te he dicho que no veas tele occidental, no es bueno para ti…

Mahem sólo es agricultor. Un agricultor eso si que cuida sus plantas entre rifles de Muyaidines, y que planta algo muy complejo.

- Desde luego la droga no tiene nada de poético. Es pura materia de economía. En cuanto a la economía propiamete Afgana el opio financia como algunos pretenden pudrir vuestra cultura...

- Sabes que. Dejalo mejor. Vosotros siempre analizais el mundo como si fuera un anuncio de esos de detergente.

- Mahem, otra vez la tele...

- No en serio. Creis que las cosas malas del mundo, son como manchas provocadas por niños malos, tan dificiles de quitar como las del aceite, que os encantaria que fueran de agua, pero que son de petróleo, de sangre, de estupidez humana… Dejalo mejor. Es normal que Afganistan sea un sintoma más de una realidad enferma de mala realidad, pero dejalo. Y cuenta de una vez la historia de Mahem, el agricultor persa de Opio, y su esposa Amla, que a pesar de no haber ido al colegio más de cinco años tenían un registro perfecto de las estrellas que se veían en Afganistán, convirtiendo sus sencillos dialogos nocturnos en decálogos de amor y astrología.

- Tiemes razón Mahem pero estoy demasiado cabreado con el mundo como para escribirle poemas, y el mundo esta tan cabreado consigo mismo que cuando los escribe los guarda en libros que luego son los menos vendidos. Y yo, no soy ni un mal verso de lo que me hubiera gustado ser.

A. León

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Toneladas de dulzura canaria acumulo, como si fuera dulce de guayaba, para quitarte a ti de encima esa amargura.

Esas chispas de humor negro no las veía desde los payasos (los que flotan, en el océano). Muy bien.

Anónimo dijo...

Hay pozos limpios.
Juradito por Dios.
Bueno, por Alá, por lo que sea.
Que los he visto yo.
De agua, de aceite, de azufre, de ciencia.

Anónimo dijo...

Ni un mal verso?
Ni un mal verso????

ESo... lo dirás tú!