sábado, 6 de diciembre de 2008

Pura casualidad

Estimado lector de Shuffle:

Agradecemos sobremanera su interés y sobre todo su fe en nuestras capacidades, no obstante le aseguramos que todo lo acontecido ha sido pura casualidad. De verdad que si pudiéramos conseguir que su gato dejara de mearse en el poyo de la cocina escribíendole un cuento, lo haríamos, si es que no nos cuesta nada, pero entienda usted que esto es un despropósito.

Vuelvo a leer la noticia -bendita navegación por pestañas- y me sonrío un poco. Ya es casualidad. Y claro, si hubiera sido esto sólo... aunque ¿Cuánto hacía que no se usaba el Pentotal en los interrogatorios? Pero bueno, si hubiera sido eso sólo, la policía india y la utilización de métodos de interrogación propios de la guerra fría, pues bueno, vale. Casualidad.

Querida amiga y lectora:

Antes que nada nos gustaría manifestarle nuestro deseo profundo de que apruebe esa oposición que la trae por la calle de la amargura, como usted dice, y que la está convirtiendo en una mujer obsesionada por el ciclo de apareamiento de la mosca de la fruta, y que la ha hecho ganar tres kilos – qué no son tanto, mira tú, eso con una dieta sana...- pero de verdad que no tenemos ninguna influencia real sobre el destino. Piense que así fuera, ya habríamos explotado esta capacidad, y no estaría yo aquí contestando correos ¿no le parece?

Pero claro, estaba también lo de Chucré, que había conseguido trabajo apenas ocho horas después de la publicación del post. Vaya coincidencia. Ocho meses en paro que llevaba el chiquillo. Y no había manera. Y fue darle a publicar y pum, a la mañana siguiente Chucré trabajando. Y eso que no lo leyó, ni nada.

Estimado Señor:

Respetamos profundamente sus opiniones, a pesar de que no las compartamos en absoluto. Si tuviéramos en nuestras manos la manera de acabar con las guerras, el hambre en el mundo y, de paso, ese dolor de ciática que dice que le tortura, no dude que lo aprovecharíamos. No obstante le agradeceríamos que, en futuras comunicaciones, evitara los improperios y las descalificaciones, que niñato egoista y desconsiderado lo será usted o algún miembro cercano de su familia. Con perdón.

Luego, todo se precipitó, y empezamos a atar cabos. El señor de la fotocopiadora abandonó Argel por fin para irse a vivir a Estocolmo y montar allí un servicio de reprografía, y el italiano le confesó a Jota que estaba de incógnito investigando los movimientos de cierto grupo terrorista. Pícara76 puso una querella por utilización inadecuada de información privada, la camorra le dió una paliza a Luca por no pagar los portes de Matilde, y el poeta seductor publicó por fin su libro. Investigando un poco supimos también que el mayor experto en Wolfgang Füler había escrito un artículo retractándose de su último libro, ante la decepción que experimentó cuando por fin pudo leer La senda de la guerra, “ese pastiche indecente”; y que una tal Amaya Martín López permanece ingresada en un sanatorio mental, atendida una vez a la semana por el psiquiatra que comparte con su hijo menor. Respecto al museo de Henri Beyle, ha sido cerrado por formar parte de una investigación policial internacional, mientras Eduardo Ginés se pasea alegremente en paradero desconocido.

Tras algunas reuniones de urgencia decidimos no darle importancia a los hechos. "Casualidad", nos repetimos una y otra vez, entre algún “pero quién sabe” despistado.
Sin embargo, nos hemos propuesto contestar a todos los correos recibidos y solicitar a nuestros lectores que abandonen sus esperanzas de caseta de feria. La expectación es lógica, los medios de comunicación se han volcado con el caso, se han dedicado ya varios minutos al tema en los informativos estatales, además de la producción y realización en tiempo record una serie documental que se emitirá en Antena3 la próxima semana- “Shuffle, el diario de mañana”-, en dos entregas consecutivas.

Compruebo que no quedan correos pendientes y vuelvo por fin a mi texto:

"Minutos antes de morir, la poeta argentina, con el frasco de Pentotal vacío aún en la mano izquierda, se permitió a sí misma saber la verdad, la verdad atroz que habría acabado con sus sufrimientos, y que había averiguado cuando era ya tarde, muy tarde..."

La pestaña del mail parpadea y me interrumpe, y yo la pulso, resignada.

Estimados tracks:

Esta mañana no tengo dolor y he salido a la calle sin bastón. Muchas gracias. Entiendo que lo del hambre y las guerras les lleve algo más de trabajo. No obstante, permanezco a la espera.

Atentamente.

Sheila R. Melhem

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mis esperanzas no son de caseta de feria. Son unas esperanzas sólidas y decentes. Quiero mi lotería, y prontito, si no les importa.
A cambio ofrezco numerosos botellines de la marca de cerveza preferida por el público, sencillamente deliciosa, rica, fresca y espumosa, siempre mejorando su calidad.

Anónimo dijo...

Ça marche, les enfants...